DEVILDRIVER son un grupo que rápidamente se ha posicionado como una de las referencias del Groove Metal actual, ganando un gran número de adeptos álbum tras álbum. Sin embargo, a mi humilde parecer desde que publicasen su ópera prima homónima y su segundo discazo “The Fury of Our Maker’s Hand”, no habían vuelto a alcanzar la calidad musical que los definía unívocamente.
Ahora con “Beast” se acercan más a esos sonidos iniciales mucho más crudos y con esas melodías de guitarra tan particulares en las que han sido pioneros absolutos. Desde la primera a la última pista, esta banda americana liderada por Dez Fafara (amigos no olvidéis escuchar COAL CHAMBER!) no da tregua alguna y nos ofrecen caña sin contemplaciones.
Abre el disco “Dead to Rights”, que junto con la siguiente pista “Bring the Fight” nos muestran como digo a esos DEVILDRIVER de sus comienzos, con fraseos cortos de guitarra y baterías a destajo. “Hardened” es un tema con un aire misterioso que salta directamente a un sonido brutal y oscuro con Dez martilleándonos con la voz y unas guitarras muy pesadas.
“Shitlist” es la cuarta pista, de nuevo con un inicio suave para ir abriendo boca, pero que de repente pasa a un tempo realmente agresivo, combinado con medios tiempos, al más puro estilo Groove de los últimos MACHINE HEAD, por ejemplo. “Talons Out” es un tema muy singular que me llama la atención por su composición un tanto “psicotrópica”, por las melodías de guitarra.
“You Make Me Sick” me parece uno de los temas más completos del álbum, y como digo no hace más que recordarme a esa primera época de unos DEVILDRIVER mucho más inspirados y completos. A continuación “Coldblooded” es una composición más al estilo “Metalcore”, pero con muchísima más garra y pegada.
“Blur” es el gran temazo del disco, que realmente tiene muchas similitudes con aquél “I Could Care Less” de su primer álbum. Muy rápida, con baterías abusando del doble pedal y guitarras muy afiladas.
“The Blame Game” y “Blacksoul Choir” son también dos temas excelentes, especialmente este último, con una melodía muy llamativa y una parte central donde predomina el sonido de bajo para relanzar todos los instrumentos en un final muy intenso.
Por último “Crowns of Creation” y “Lend Myself to the Night” despiden el disco sin bajar ni un ápice el pie del acelerador; aquí no hay sitios para voces melódicas ni partes gays que tanto estilan en los discos de grupos comerciales que por desgracia tanto proliferan últimamente.
En resumen, si lo tuyo es la caña, no dejes pasar la oportunidad de escuchar a esta magnífica banda que se reivindica con este nuevo disco que sin duda los volverá a colocar en la cima del metal internacional.
Alberto Fdez
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