Argumento:
Estamos en España, en 1937, en plena guerra civil, y aun así, el circo sigue arrancando alguna que otra risa. Pero tal es el conflicto que se libra en el país que hasta los payasos son reclutados para hacer frente a las fuerzas opresoras.
Treinta y seis años después, y aún bajo la dictadura del general Franco, Javier sigue los pasos de su padre como payaso de circo. Todavía no ha olvidado su muerte.
Aún movido por la venganza, Javier conocerá en un circo de Madrid a Natalia, una hermosa acróbata de la que se enamorará a primera vista. Pero Natalia tiene novio, Sergio, el payaso tonto que cuando deja el mono de trabajo se emborracha y la maltrata. Javier se arriesgará a salir a escondidas con Natalia, la única persona que le hace olvidar su odio, a pesar de saber que Sergio es celoso y agresivo, y al que aún nadie le ha hecho frente.
Reseña:
Mucho se ha hablado de esta nueva creación de Alex de la Iglesia, y en verdad da para hablar. Está claro que Alex de la Iglesia es un reconocido guionista y director de cine, al cual no le resulta tan difícil llevar una película a nuestras salas. Y es que tiene ya cierto caché en esto del cine, hasta creo que fue presidente de la Academia española de cine. En esta ocasión nos ofrece una historia de amor y de odio dentro de aquellos años de sufrimiento, de dolor, de guerra, y de circo, como fue la guerra civil española. Un tema controvertido y aún latente en nuestra España actual, con el que Alex de la Iglesia experimenta desde un punto de vista agresivo, descarado, cómico y grosero.
En cuanto al guión se refiere, creo que tiene algo de originalidad, sobre todo en la historia, pero la manera de plasmarla recuerda a muchas otras películas, aunque lo más chirriante es que tiene momentos innecesariamente exagerados, como en el final. Indudablemente no creo que sea una obra maestra, ya que guarda cierto parecido con los “Malditos Bastardos” de Tarantino y con alguna otra película más.
Aun así, viendo la cinta sin prejuicios se ha de destacar no sólo la puesta en escena, el maquillaje, o el decorado, sino también la gran actuación de alguno delos actores, no sólo de los principales, sino también de los secundarios. No es muy frecuente ver a Carlos Areces por la gran pantalla y aún menos con un papel protagonista como el que interpreta aquí, ya que estamos acostumbrados a verlo más en programas o series de humor absurdo (Muchachada Nui, Plutón BRB Nero, Museo Coconut, etc). Pero indudablemente deja claro que tiene talento para esto de la interpretación, sobresaliendo por encima del resto del reparto con su gran actuación en el papel del violento payaso triste. En cambio, Antonio De la Torre a pesar de que tiene más experiencia en esto del cine español, en esta ocasión hay momentos en los que se le ve forzado, sobreactuando, lo cual no quiere decir que no tenga un par de actuaciones acertadas y brillantes. Y en cuanto a Carolina Bang, no creo que haya mucho que decir, sí es verdad que está que se raja, pero creo que todavía le queda mucho que aprender u ofrecer en el arte de la interpretación, al terminar la película sólo quedan en la retina un par de actuaciones, y no por sus diálogos, sino más bien por sus movimientos de caderas. De todas formas habrá que seguirla, todavía es joven.
Son muchas las críticas que se alzan en torno a Alex de la Iglesia, ya se sabe, están mayormente los incondicionales y los detractores, y luego una minoría que simplemente juzgan la obra. No siendo yo detractor ni seguidor, creo que esta “Balada Triste de Trompeta” es una buena obra, pero no habría que sobrevalorarla como desde muchos medios se ha hecho, ni tampoco infravalorarla como han hecho otros tantos. Es una digna película que ha de ser vista por los espectadores a los que les gusta el cine potente y grosero, al gusto de Tarantino, y que solamente por el personaje que encarna Carlos Areces merece la pena verla.
Nandy Puertollano
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