ROBOCOP (Mgm/ Columbia Pictures 2014)


Cuando recibí la noticia de que Jose Padilha, carioca de nacimiento y artífice de la saga Tropa de Élite, iba ser el encargado de perpetrar el remake de ROBOCOP pensé en mi interior “pobre hombre, menudo marrón le han coloca(d)o”.


En un principio por internet corrió el rumor de que Darren Aranofsky, el rey de la melancolía, podría dirigir ROBOCOP pero diferencias con los mandamases y la dedicación de Aranofsky en sus trabajos personales (La multipremiada El Cisne Negro) hicieron desistir de su objetivo, acertadamente en mi opinión. El bueno de Padilha pasaba por allí y a falta de pan… Siempre nos quedara la duda del tratamiento que le hubiera dado el torturador Aranofsky a los personajes, porque ROBOCOP no es solo un cyborg es también Alex Murphy (y su familia y sus amigos y sus colegas de trabajo y sus directrices). Da la sensación de que toda esta amalgama de personajes y personajes han sido demasiadas para Padilha y el hecho de multifocalizar la trama en un por otro lado excesivamente corto metraje (poco más de hora y media) hace que la trama sin ser mala no llegue a profundizar en ningún aspecto.

El elenco de actores supera en nombres a la cinta original, protagonizada por un poco conocido entonces Peter Weller acompañado por un puñado de actores de la época que hicieron un gran trabajo gracias a la claridad de ideas y conceptos de Paul Verhoeven.

Es cierto que el nuevo ROBO es más expresivo, más ágil y rápido, joder si hasta corre, y lo han pintado de negro y le han regalado una moto (no un sidecar para la agente Lewis), pero ha perdido la robustez, mala leche y fuerza que tenía. Ya no es ese camión 18wheels que entraba en los sitios con una frialdad y prepotencia acojonante y que en dos minutos limpiaba sin piedad cualquier resto de delincuencia. El nuevo ROBO es el primo de YO, ROBOT, más aerodinámico, de suaves curvas y contornos redondeados. Por otro lado olvidémonos del humor sarcástico y satírico que impregnaba a la original. No hay anuncios cachondos, la sociedad no está jodida, los índices de criminalidad no son excesivos y los directivos de la OCP ya no son esos ejecutivos hij*s de p*t* que querían a toda costa privatizar Detroit, joder si la situación real de la ciudad en actual bancarrota mostrada en el programa “Empeños a lo Bestia” es más jodida que en la ficción.




Vamos ahora con las interpretaciones. Samuel L.Jackson encarna la figura de un presentador de televisión que intenta poner entre las cuerdas al gobierno, recurso ya utilizado por Padilha en Tropa De Élite con mejor resultado seguramente por conocer la realidad Brasileña de primera mano y tener libertad creativa sobre su producto. El papel Michael Keaton como presidente de la compañía tampoco llega a cuajar, todo rezuma exceso de dulzor y falta de cafeína (+13 con eso lo digo todo). Y no olvidemos que también contamos con el gran Gary Oldman en el papel de buen doctor que quiere ayudar a Murphy con honestidad, un papel que no acaba de sacar el gran actor que es Oldman (Nolan lo consiguió con el comisario Gordon).
Creo que con toda esta vomitada de información se puede tener una idea más o menos de por dónde van los tiros y que conste que de momento no he dicho que la película en cuestión sea mala. Entonces ¿Cuál es el problema en el remake de ROBOCOP? Pues bien el problema de ROBOCOP es Alex Murphy. Ese personaje que pasó casi desapercibido en anteriores películas y junto a él su mujer e hijo. Uno de los grandes aciertos de Verhoeven en su masterpiece fue tratar a los recuerdos de Murphy como pasajes oníricos, casi surrealistas, escuetos pero muy bien colocados. En el remake Murphy y su familia son unos jodidos plastas, “mama ¿Dónde esta papa?” “Ahora viene hijo mío, pero tiene un cuerpo nuevo, mira ya esta aquí” “Hola hijo mío, te hago la cena?”. No hay egos, todo se resume en robots si -  robots no y en meter lo que queda de Murphy en un Iphone. No hay misterio, ni contradicciones…
ROBOCOP es el Prometeo moderno, la versión contemporánea y universal de Frankenstein o Dr Jekill y Mr Hyde, no es Batman ni Spiderman, es un personaje amargado en una constante guerra interna y externa de la cual jamás podrá salir victorioso, ahí radica su existencia en saber vivir después de ver que tolo lo que poseía y quería anteriormente jamás volverá a ser suyo. Con ROBOCOP funciona mejor la tragedia nietzchiana que los pasados bíblicos, no es un mártir es un cyber-héroe sin rumbo. Por supuesto y perdonad si no lo he comentado antes olvidaros de rememorar la ultra-violencia y los baños de sangre en los cuales nuestro amigo se movía como pez en el agua. Técnicamente claro, como no podría ser de otra manera, es muy superior a la original, han pasado más de 20 años y la tecnología digital esta que lo peta.
En resumen nos han cambiado nuestro muscle car fabricado en América por un utilitario coreano diseñado en California. Los clásicos no se deben tocar, es mejor dejarlos descansar y visitarlos de tanto en cuando para ver cómo van madurando, pero jamás, repito, jamás intentar clonarlos y encima hacerlo mal. Vivo o muerto no le des demasiado tiempo.
http://www.omnicorp.com/

http://www.robocop.com/site/                                                    Raúl Alfaro

1 comentario:

  1. acabo de verla, pufffff, vaya tela¡¡, solo se salva el principio cuando quieren dar caza a los terroristas. Y es que como la original...

    j.arcos

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