CAGADAS DE CHRISTOPHER NOLAN: EL CABALLERO OSCURO; LA LEYENDA RENACE. (SPOILERAZO)

Si eres de los que no ha visto aún la tercera parte de la saga del Batman de Christopher Nolan, entonces no leas este artículo, porque es un completo spoiler.

 Algunos han etiquetado la saga del Batman de Nolan como una saga de culto, yo no voy a cuestionar eso pero tampoco voy a alabar aquí su trabajo, que bien lo merece en muchos aspectos, lo que voy a reseñar son los agujeros negros o las cagadas inexplicables que otros no se han atrevido ha criticar. Nolan tiene adeptos a mansalva que le intentar excusar de lo inexcusable. Aquí veremos que no es oro todo lo que reluce y que hasta Dios tiene fallos imperdonables. Así pues, ya sabéis, aquí no os encontraréis ni un elogio a la tercera parte del Batman de Nolan, todo lo contrario. Toda la seriedad que Nolan le pone al film con su caos, sus personajes, sus historias, sus mensajes filosóficos, sus diálogos más que estudiados, etc…, se van al traste en gran medida por la dejadez en algunos puntos importantes, cosa que hace que el film pierda mucha seriedad. Como siempre tiene que haber alguien que dé por culo, esta vez me ha tocado a mí. Ya sabéis, si sois aduladores de Nolan no sigáis leyendo pues puede que con mis palabras hiera vuestra sensibilidad. Sin más dilación metámonos en materia.
Todo empieza así:

Ocho años han pasado desde que Harvey Dent murió, y con él desapareció Batman. En esos ocho años Bruce Wayne ha permanecido apartado de la sociedad, escondido y convaleciente en su rehabilitada mansión. Bastón en mano y con cara de muerto, Wayne observa desde las sombras la celebración que se celebra en su mansión en memoria de Harvey. (Y de aquí al meollo de la cuestión).
 
El señor Wayne va a hacerse un reconocimiento a un hospital, el mismo en el que se encuentra su colega el comisario Gordon. Pues bien, después de que el médico le haga unas cuantas radiografías y le diga que tiene los cartílagos de las rodillas hechos mierda, y los de los codos y los hombros peor aún, además de un no sé qué en los riñones, pues va el señor Wayne, abre la ventanilla de la habitación y se tira por ella como si nada, desde un décimo piso más o menos (¿mmm?). Menos mal que el médico no está presente. Bueno, puede que esta vez el señor Wayne se haya preparado bien para la ocasión, pero lo de más adelante sí que es inexplicable y es lo que en gran medida echa por la borda la seriedad del film. De todas formas, es un poco chocante esta escena. Apuntemos pues: sin apenas cartílagos en rodillas, hombros y codos, y después de haber estado ocho años convaleciente y de que se ayuda de un bastón para andar, el señor Wayne se tira desde un décimo con uno de sus aparatos atado a la cintura. A partir de aquí sería menester tener presente que Batman es el señor Wayne y que el señor Wayne es un hombre sin superpoderes, a no ser que en el tiempo que ha estado parado haya conocido a Clark Kent y éste le haya dicho que es su hermano y to ese rollo.


Dejando por un momento al señor Wayne recuperándose y entrenándose en su mansión (cosa en la que tampoco Nolan pone mucho interés y simplemente le encasqueta un aparato en la pierna y a volar), centrémonos en el momento en el que el malo de Bane entra en la Bolsa a liarla parda. Pues bien, el colega entra con el casco de la moto puesto en la cabeza y pasa por el detector de metales, este Bane es más chulo que un ocho verde pistacho y se lo puede permitir, entonces el detector pita y un guardia de seguridad le ordena que se quite el casco, acto seguido se lo quita y se lía a mamporros con los cuatro o cinco que hay allí, ¿y qué es lo que falla aquí? Aquí no falla nada, pero los otros tres compinches de Bane (el repartidor, el limpiabotas y el limpiasuelos), ¿cómo han entrado con armas en la Bolsa? Si no han entrado detrás de Bane, el cuál podía haberles abierto el camino y por el contrario lo han hecho antes que él disfrazados con sus respectivos uniformes, entonces habrán debido de pasar también por el detector de metales, ¿no?, entonces, ¿cómo han podido burlar el detector y pasar cada uno con una pistola? ¿Es que las pistolas son de plástico y echan agua? Pues no, porque como podemos observar irrumpen en la Bolsa y se lían a tiros (¿mmm?). ¡Pero esto no es todo! ¡Aún hay más! Exactamente en el momento que salen del edificio con las motos. ¿Fui yo el único que se extrañó al ver salir de la Bolsa de Gotham a los colegas con las motos a toda hostia? ¿Cómo han metido las motos? ¿Acaso les dejaron aparcarlas en recepción? No creo, después de contemplar la puerta por donde salen, con escaleras y sin rampas (¿mmm?).


Ahora hagamos un pequeño viaje acompañados de Bane hasta el pozo al que lleva al señor Wayne después de haberle dado una paliza de muerte y haberle partido la columna, y con pequeño viaje me refiero a que posiblemente el pozo esté a unos pocos kilómetros de Gotham, ¿no?, porque entonces ¿cómo se explica que en ese transcurso la policía no se ponga manos a la obra y busquen al malhechor que la lio buena en la Bolsa de Gotham? Y es tan corto el viaje al pozo, que en un periquete el temerario de Bale aparece en el edificio de industrias Wayne para dar la bienvenida a la reunión del consejo a Morgan Freeman y a Marion Cotillard (¿mmm?). ¿Nadie echa de menos a Bruce Wayne? Y Alfred mientras fumando porros en la mansión: –Ffffff


Y a partir de ahora viene lo mejor: la estancia de Bruce Wayne en el pozo. ¡Bien!
Yo ya no sabía si estaba viendo Batman u Origen, porque eso de un salto, dos saltos, tres saltos, me desorientó un poco y me llevó a un sueño, dos sueños, tres sueños, ya sólo faltaba poner a DiCaprio de Batman o a Batman de DiCaprio, no lo sé.
 
Como ya sabemos, Bane le ha dado una paliza de muerte a Batman y ha encerrado al señor Wayne en un pozo. Pues bien; el tiempo de recuperación del señor Wayne anda sobre los cinco meses hasta que explote la bomba en Gotham. Pongamos que en unos cuatro meses, el señor Wayne ya se ha recuperado e intenta salir del pozo, ¿pero qué le ocurre? Que no llega a la salida y cae en suspensión atado de una cuerda a la cintura desde una altura de diez o quince metros más o menos, pero lo único que le pasa es que a su espalda sólo le pega un crujido del copón, cosa que a otros mató. Pues bien, después de los antecedentes médicos que tiene el señor Wayne, de la paliza de muerte que le propinó Bane y de este nuevo contratiempo, el señor Wayne intenta recuperarse nuevamente con su superentrenamiento (un par de flexiones, un par de abdominales, un par de dominadas y ya está. Este es el entrenamiento que Nolan le exige al señor Wayne, o por lo menos lo que nosotros vemos).

Otra vez recuperado, Wayne ve por televisión los muertos que ha colgado Bane de un puente (quedan 23 días para que la bomba explote) y tras ver esta imagen se enrabieta de la hostia e intenta salir otra vez del pozo, ¿qué pasa? Pues que otra vez no lo consigue y ¡crash! Otro crujido en la columna vertebral, pero no pasa nada, un par de días de descanso y a intentarlo de nuevo (¿mmm? ¿Hemos olvidado que Bruce Wayne no es ni Clark Kent ni el hombre-chicle de Los 4 Fantásticos?). Y esta vez sí, a la tercera va la vencida, ¡con dos cojones! Y una vez fuera del pozo pa Gotham del tirón. Wayne echa un vistazo alrededor y ve un paisaje montañoso de dos pares de cojones y ni rastro de agua (recordemos que Gotham es una especie de isla), ¿cuántos días quedan para que la bomba explote? Ni idea, ya he perdido la cuenta, y Nolan tampoco nos lo ha puesto fácil.

Bueno, lo que decíamos, Wayne ya está fuera del pozo y se dirige hacia Gotham, ¿andando? Pues no sé, eso se supone, porque a no ser que tuviera un teletransportador escondido en el ojete del culo y en ese momento se acordó y lo sacó, no sé cómo llegó tan rápidamente a Gotham. O que tuviera un móvil, también en el ojete, y llamara al bat-avión o interrumpiera la fumada de Alfred para que le recogiera. O que se pusiera a hacer autostop en aquellas tierras perdidas de la mano de dios. O que Wayne sea primo del Inspector Gadget (¡adelante gadgetocóptero!). O tantas cosas como os queráis imaginar, pero ninguna comparable con el cénit de Nolan, que se trata simplemente de poner al señor Wayne a andar otra vez por las calles de Gotham, o sea, literalmente: salir del pozo, echar un vistazo al horizonte, y en la siguiente escena aparecer en Gotham. Así de fácil (¿mmm?). Este Nolan, cuando quiere, es el puto amo.

Pero aquí no acaba la cosa, ¡no!, puesto que me olvidado de un pequeño detalle: Gotham está aislada, no hay puentes por los que entrar en ella, sólo uno que está vigilado de la hostia. Sólo quedan tres opciones que yo sepa; o por aire (imposible sabiendo que Wayne no es Superman), o por tierra (también improbable viendo que Gotham está rodeada por un mar de agua helada y que esta sirve de tumba para los enjuiciados por Cilliam Murphy), o por teletransporte, ¡adjudicado! ¡Teletransporte!

Por fin nos vamos acercando al final, pero aún quedan unas cuantas cosillas.
El señor Wayne, ya en Gotham, se hace rápidamente con su traje y sus armas, ¿cómo? Pues bien sencillo; se hace arrestar, y con un poco de ayuda de Marion Cotillard (no entiendo para qué le ayuda), entra en la sala de armamento que está vigilada por un par de vigilantes, ha sido fácil, la gatita con dos patadas se los ha quitado de en medio, y ya está, el señor Wayne es otra vez Batman. ¡Bieeeeeeen!

Pero aún hay más, un par de cosillas más y terminamos.
Después de que el señor Wayne se disfrace otra vez de Batman, se va con la gatita y le regala la bat-moto, y la gatita, ni corta ni perezosa y habiendo dado unas cuantas clases en la autoescuela, le da a un botón y sale cagando leches (¿mmm?). Aunque también puede ser que Batman le haya explicado a Catwoman cómo funcionaba la bat-moto mientras se dirigían a por ella, o mientras estaban fornicando, y puesto que no vemos cómo se lo explica podemos imaginarnos otros cientos de polladas.


Ahora Batman está armado hasta los dientes y se dispone a liberar a los policías de los túneles, y para ello sólo le basta con hacer una abertura para que salgan, pues manos a la obra: –¡Pum! Abertura hecha. Pero, ¡sorpresa!, los policías se han acicalado para dar la bienvenida a Batman, y después de haber estado ¿cinco meses encerrados? todos salen peinados, afeitados y con trajes lavados con Perlán. ¡A la cargaaaaaaaaa!


Y por fin llega el momento patriótico USA (si es que no ha llegado tropecientas veces antes), con el enfrentamiento de los policías encabezados por Batman contra Bane y su ejército. Un enfrentamiento en el que las balas matan a cuatro o cinco tíos nada más (vaya puntería, joder) y rápidamente se olvidan para pasar a un enfrentamiento cuerpo a cuerpo, con la pelea de Batman vs Bane como espectáculo principal. Pues bien, Batman le rompe un tubito de la máscara a Bane y con unos cuantos izquierda-derecha acaba tumbándole. Bane cae incrédulo, pero yo más (ni fumao me lo creo. Después de todo lo que ha pasado el señor Wayne, en un minuto va y tumba a Bane, normal, mientras uno se recuperaba de sus tropecientas lesiones en la espalda y encontraba el punto débil de su adversario, el otro se hartaba de alcohol y drogas).

Pero rápidamente llega Marion Cotillard para contarle todo a Batman, pegarle una puñalada en el único punto débil que tiene el traje (¿eso no lo hacía la Catwoman de Tim Burton? ¡Vaya cambio, joder!), y ya de camino salvar a Bane, que total, pa lo que dura lo podía haber dejado morir. Seguidamente la Cotilla detona la bomba por control remoto pero el Gordon logra cortar la detonación anticipada. Entonces Marion se cabrea y en lugar de mandar a una cuadrilla para que acabe con el comisario, sale ella en busca de él. Por otro lado Bane tiene otra vez a Batman ha huevo, pero de repente la gatita interrumpe con la bat-moto y se carga a Bane de un disparo, y a tomar por culo el malo más malo de la saga de Nolan. (¡Espérate, Nandy! Seguro que Bane se levanta, Nolan no le puede haber guardado este patético fin a este supervillano de la liga de las sombras). ¡Pues no, no se levanta! ¡Está frito!

Y mientras seguimos boquiabiertos con el chasco, Marion se hace con el camión que lleva la bomba, ya sólo restan cinco minutos para la explosión. Batman se monta en el bat-avión y vuela en busca de la bomba esquivando unos cuantos cohetes teledirigidos. Marion se estrella con el camión y muere de una manera muy artística (me partí la polla). La bomba atómica (le deja bien claro uno de los actores a Looper) está a punto de estallar, pero Batman la coge con su avión y después de ir dándole golpes contra el suelo por media ciudad (algunos dirán que tiene una superprotección, ¡me la suda! La imagen para mí resulta rocambolesca) por fin se la lleva a mar abierto, y allí hace explosión, ¡pum! Y a tomar por culo Batman también, ¿no? ¡Pues no! El cabrón sobrevive y se va a tomar un café con la gatita a una terraza de París. Y adiós Juan de Dios, Looper se convierte en Robin y se acabó el tostón.

Creo que lo he vomitado todo y ya tengo el estómago limpio, si apenas queda algo es poco, ya saldrá por otro lado. Dicho esto, voy a fumarme un canuto para ver si se me olvidan las cagadas de Nolan en El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace, y en otra ocasión alabo su trabajo, aunque lo veo difícil habiendo sido testigo de tan grandes descuidos. De comprarme la película ni hablamos.
 

Nandy Puertollano

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo...más o menos. Ya hablaremos.

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  2. La verdad es que esta tercera parte tiene más agujeros que un queso y se nota que el sr.Nolan no la hizo con la motivación de las anteriores (la segunda parte para mí es excelente). Como me decía un amigo hace años "si no tienes ganas, mejor no lo hagas" pero claro "poderoso caballero es don Dinero". Buen artículo.

    R.Alfaro

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