(Spoiler, pero da igual, incluso mejor)
Hay
una dicha tradicional que dice “cuando el río suena, agua lleva” y la verdad es
que es una expresión perfecta para comentar el despelote pampero que es Sharknado.
Hace
unas semanas tuve la suerte de recibir información de una película americana
sobre un tornado que absorbía tiburones asesinos en su seno y que al acercarse
a la costa de Los Angeles (sí, sí, Hollywood) los escupía sobre la
desprotegida y buena población de la ciudad, causando daños irreparables y
matanzas, sin sentido, por doquier. Ante esta información mi cerebro empezó a
realizar conjeturas de todo tipo sobre lo imposible de la situación (que por
cierto parece que comenzó a gestarse cuando el guionista de la película vio una
serie de imágenes falsas de tiburones en zonas pobladas de Nueva Orleans durante el desastre que provocaron las inundaciones
de hace unos años).
¿Un tornado puede absorber tiburones, asesinos o Sensación de Vivir no? ¿Los tiburones
pueden respirar en el aire? ¿Y si caen en una zona seca, qué, se mueren? Hay
que tener en cuenta que pese a la ferocidad con la que siempre nos han
presentado a nuestro amigos escuálidos las muertes por ataque de tiburones al
año a nivel mundial, sí, sí, mundial, es infinitamente inferior a las que pueden
provocar los accidentes al salir de la bañera o cualquier muerte absurda propia
de la canción “Pánico a una muerte
ridícula” de Def Con Dos y que
además los tiburones atacan a los humanos-surfistas por confundirles con una
tortuga marina, joder que no les gusta la carne humana. Hecho este inciso en
defensa del animal Sharknado da todo
lo que esperas de ella y mucho más.
Las incongruencias de guión son tantas que
llega un momento en el que dudas si todo esto está preparado, por otro lado la
realización es pésima, con fallos de encuadres continuos, escenas en lluvia y
sol sin sentido, frases que te dejan con la boca abierta de lo absurdas y poco
oportunas que pueden llegar a ser y unas actuaciones de los actores que bien
podríamos hacer mejor nosotros mismo con unos amigos. El protagonista es nada
más y nada menos que Steve Sanders
de Sensación de Vivir (no pienso
perder ni un segundo en buscar el nombre real a la altura de las circunstancias
y las repiten y repiten una y mil veces, en fin un despropósito en toda regla,
pero… no es eso lo que esperas ante semejantes premisas. Nadie puede decir que
ha visto Sharknado y que se ha
podido sentir engañado porque… ni la portada te puede engañar. Por si fuera
poco en Estados Unidos la película ya se ha convertido en un clásico moderno
instantáneo y debido al buen e inesperado funcionamiento que ha tenido en
taquilla ya se está ejecutando Sharknado
2. Aaaaaaaaaaaaargh, si si si, la veré, no podré evitarlo.
En
resumen, si tenéis algo más de una hora de sobras y la queréis donar a ver Sharknado os animo a hacerlo. No
esperéis nada o mejor, esperadlo todo porque si acertáis (y aquí lo tenéis
fácil) os lo vais a pasar muy bien. Aconsejo que no veáis Sharknado solo, en buena compañía la cosa gana y mucho, os lo
aseguro por experiencia.
NO ES BUENO, NO ES BONITO PERO OS
ASEGURO QUE SI QUE ES BARATO
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Raúl Alfaro
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