Parece
que fué ayer cuando conseguí a un más que módico precio en la librería de
segunda mano de detrás de casa la primera miniseria de Masacre escrita por Fabian
(ay qué miedo me das) Nicieza y Joe (no es manga, no es japo, es) Madureira. Pasado el tiempo (y buscando
en el armario de casa) el material parece superar la prueba, difícil e injusta
a veces, del paso del tiempo, con un personaje que desde el primer momento
parecía apuntar buenas maneras, de hecho Masacre
es el mercenario bocazas oficial de Marvel
y con razón.
De
origen incierto y peligrosamente 90’s Wilson
Wade fue creado en 1991 por Nicieza
y Rob Liefield (muérete ya por favor), dos de las personas (entre muchas
otras) más odiadas por mi persona como buen fan de los comics americanos que
soy. Un momento de idas y venidas donde las monstruosidades aparecían y
desaparecían en un Lago Ness radiactivo del que era mejor estar alejado.
¿POR QUÉ LA GENTE ME LLAMA EL
MERCENARIO BOCAZAS?
Raúl Alfaro
Masacre fue uno de los pocos diamantes
en bruto que le debemos a semejantes seudo artistas y es uno de los personajes
más rentables para Marvel desde su
bautismo. Las series, miniseries, especiales, team-ups, crossovers en los
cuales ha sido personaje principal o simplemente cebo para los lectores
incautos son numerosísimas, con una amalgama de escritores y dibujantes
extensísima y de variada calidad. Masacre
es la alternativa a Lobezno más
factible que existe y con un humor chistoso, mala leche y gamberrismo que lo
hace altamente atractivo. Un juguete más del departamento Arma-X que tan bueno resultados ha dado hasta el momento.
Pasada
la presentación (algo extensa) del personaje voy a centrarme en la historia que
nos ocupa. La Guerra de Wilson Wade
es una miniserie de 4 capítulos escrita por Duane Swierczynski, reputado novelista de género policiaco y
criminal, y dibujada excelentemente por Jason
Pearson. Del primero no había tenido el gusto de consumir demasiada obra
comiquera, exceptuando algún número de Punisher
y no tuve la paciencia de llegar a los número de Iron Fist que escribió; de Pearson
soy un gran fan desde que le conocí con Body
Bags para Dark Horse hace ya
unos cuantos años y no le he dejado de seguir el rastro desde entonces pese a
que es un artista con una obra bastante escueta, en este sentido se pueden
encontrar muchas similitudes con Arthur
(soy más lento que el caballo del malo) Adams.
Masacre, Wilson Wide War es un cómic
fácil, con un planteamiento sólido pero que debido a su poca longitud te deja
con algo de hambre. Masacre es
llevado ante la corte federal donde se le piden explicaciones de ciertos actos
llevados a cabo en México, esto sirve de excusa para que nuestro amigo explique
(a su manera) la historia de su vida y la de sus colegas de tropelías (entre
los que curiosamente se encuentra Bullseye
o Domino). Paralelamente se narran
la misma historia desde otro punto de vista (muy alejado y diferente) del de Wilson, sin llegar a aclarar cuál de
los dos es el real y dejando en manos del lector la elección del argumento. En
este sentido el planteamiento es bastante original y la interacción final entre
el personaje y el lector es realmente curiosa y destacable, similar a la que
nos encontramos con Hulka de John Byrne hace ya muuuuuuuuuuucho tiempo.
La historia engancha y divierte, leído el prólogo da a entender que te ofrecerá
más de lo que te da al final, pero no decepciona. El apartado gráfico es
de alta calidad y es que el estilo de Pearson
le va como anillo al dedo al personaje. Pearson
es la escuela de los dibujantes “expresionistas” de primeros planos de los
90’s, como Kevin Maguire, Mike Mckone
o Adam Hughes entre otros,
dibujantes que hacen que los personajes alcancen cotas de expresividad muy
altas donde la parte escrita simplemente acompaña y complementa el gesto. Pearson es un alumno aventajado con un
trabajo de composición y narrativa que parece sencillo pero que esconde una
maestría que muy pocos tienen. Su estilo ha cambiado ligeramente con un trazo
que parece más brusco que antes, con más gesto en la línea y menos limpieza en
los trazos, pero sin perder ni un ápice de calidad, al contrario. Por desgracia
hace tiempo que Pearson no se deja
ver en ninguna serie concreta con cierta regularidad, realizando algún número
especial de vez en cuando y bastantes portadas para colecciones punteras que
sirven como cebo para lectores fáciles de engañar.
En
resumen, un nuevo producto de la marca Masacre
Entertaintment System, con una
calidad más que buena pero que realmente no será recordado ni como una obra
imprescindible ni como un cómic excepcional. Al bueno de Wade no se le puede pedir más y es por eso que Wilson Wade War cumple perfectamente su cometido, entretener y
hacernos pasar un buen rato, sin más ni por menos.
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