…y viceversa.
Grande fue el impacto que Sir Ridley Scott provocó entre la comunidad cinéfila de aquí y de allí
al anunciar hace un par de años una nueva excursión personal en Alien, prolífica y beneficiosa saga que
el mismo ayudó a crear hace casi 25 años.En aquel momento el no tan joven director (ya contaba con una cuarentena de años) se encontraba en su apogeo profesional del que surgieron auténticas joyas como Los Duelistas, Blade Runner o Alien (el 8º pasajero). Estas dos últimas obras maestras de la ciencia ficción, re-fundadoras de un género que hasta el momento muy pocos (casi nadie) se tomaba en serio. Alien consagró a Scott y sentó las bases de la ciencia “seria” ficción. Tres nuevas películas intentaron continuar con la saga con distinta suerte. La más destacable Aliens, el Regreso donde un joven James Cameron aportó su visión sucia y áspera de la guerra en el espacio con muchas ganas y muchos menos medios que en futuras bazofias (lease Titanic o Avatar) de una de las mentes más lucidas de los 80’s y parte de los 90’s.
David Fincher (recién llegado del sector audio-músico-visual) recibió el marrón de terminar Alien 3, la cual contó con muuuuuuuuuuuucho más presupuesto que la segunda parte pero con resultados muy por debajo de las expectativas. Finalmente nuestro gabacho favorito, Jean Pierre Jeunette se expuso a resucitar (nunca mejor dicho) la saga con Alien Resurrección, que aunque planteaba un cierto retorno al origen no deja de ser un flojo nuevo capítulo. ¿Qué nos depara el futuro? Ni idea, pero de momento conformémonos en vivir lo único que tenemos, nuestro presente. Como comenté anteriormente Scott nos dejó a todos pasmados con el anuncio de Prometheus y más todavía al afirmar que no sería una única película si no dos las que se encargarían de explicar y/o clarificar las dudas y cuestiones que se quedaron en el tintero en Alien. Como anécdota puntualizar que la editorial americana de comics Dark Horse consiguió años atrás los derechos de algunos personajes de la Fox (como Alien o Depredador entre otros) planteando diferentes mini-series de diferente índole y calidad.
Personalmente el anuncio de Scott me produjo tanta alegría como
duda; por un lado el retorno del padre abría muchas y nuevas posibilidades pero
por otro lado la limpieza y pureza con las que ha teñido Scott sus últimas obras desde que apareció la, en mi opinión sobrevalorada
Gladiator me planteaba muchas dudas
sobre cuáles serían los planteamientos de las nuevas películas. Al mismo tiempo
reconozco que en muchos casos 2 horas (si es que llegan) de metraje a veces son
insuficientes para contar una buena historia pero, ¿sería justificable hacernos
pasar dos veces por taquilla para contarnos algo de los que ya conocemos muchos
antecedentes? Bien, después de ver Prometheus
algunas de estas preguntas ya tienen respuesta, pero vayamos por partes. Alien, el 8º pasajero supuso mi
bautismo en el mundo del misterio, la ciencia ficción y el acojone siendo
apenas un niño con 7 años de edad, ni que decir tiene que la escena de Dallas, capitán de la mítica nave Nostromo, en busca del Alien por los túneles de ventilación estará
grabada en mi mente hasta el fin de mis días. Por aquel entonces aún era
demasiado pequeño para apreciar o ser consciente de la presencia del arte de H.R. Giger en la película pero como no,
años después me preocupé de investigar y conocer el trabajo de semejante
enfermo del surrealismo post-apocalíptico. Ni que decir tiene que Giger fue uno de los principales artífices
del éxito de la película.
Alien el 8º
pasajero es una película con un argumento sencillo, directo, misterioso, claro
y conciso en un ambiente de las mismas características donde el ser humano es
un aventurero que queda relegado a ser la víctima y no el verdugo. Alien explica lo justo, lo necesario y
finalmente te sorprende, te impresiona y no te deja dormir. Esta son sus
virtudes y lo que ha hecho de ella una obra maestra, un trabajo redondo, sin
excesos, la cuadratura del círculo.
Prometheus
explica demasiado y se acaba convirtiendo en un espectáculo vacío, con poca
personalidad aunque no se le puede negar una factura técnica impecable. De
nuevo los puristas del género tendrán donde hincar el diente ya que como ocurre
en otras precuelas (de cuyo nombres no quiero acordarme) el rigor científico es
inexistente. La tecnología y la ambientación de la nueva película pese a
situarse cronológicamente antes es excesivamente moderna, por un lado parece
lógico pero por otro los guionistas se podrían cortar un poco, en fin para
gustos colores. En cuanto a la trama de Prometheus
es excesivamente previsible, no hay
misterios y los pocos que hay (y que no voy a desvelar tranquilos) son de baja
calidad argumental. Todo está demasiado claro desde el primer minuto. Por otro
lado se le intenta otorgar a la historia demasiada profundidad argumental para explicar
algo que no lo necesita con una banda
sonora acorde a una posible Gladiator 2.
Como no Scott no ha podido evitar incluir una historia de amor,
aaaaaaaaaaaaaaaaargh, pero ¿para qué? Todos sabemos lo poco que les gusta a los
artistas fijarse en los trabajos de sus compañeros de profesión, pero realmente
¿ninguna persona del equipo de producción de Scott (que seguro que no son
pocos) pudo visionar esa cosa titulada Alien
versus Predator para evitar similitudes en las partes más flojas del
argumento? ¿Qué más da enviar a un grupo de Indiana Jones a la Antártida o a la otra punta del universo si al
final la misma mierda es? De todas formas tengo que decir que Prometheus no es una mala película, brinda
unas cuantas escenas muy bien filmadas aunque cojea en el apartado argumental
de manera estrepitosa. Destacar el papel de Charlize Theron y Michael
Fassbender (como el tito bueno de Ash,
ai ai ai). Por cierto, ¿dónde están los Aliens
en Prometheus? Ya me lo diréis. Lo
mejor de Prometheus, las escenas
finales donde todo (lo que ya sabíamos) queda claro y aparece ante nuestros
ojos con más emoción que ganas. Debo reconocer que las escenas finales lograron
ponerme la piel de gallina aunque me podía haber ahorrado la hora y tres
cuartos de corre-corre que te piyo, ilusiónes diluidas con el paso de los
minutos. ¿Qué nos depara Prometheus 2?
¿Será realmente imprescindible o es una mera excusa para hacernos pagar de
nuevo? ¿Por qué en estos casos no hacen un 2x1 para poder ir, voluntariamente,
a ver la segunda parte sin sentirnos timados? ¿Se necesitan casi dos horas para
15 minutos de acción, bien rodada eso sí? Alien
no pretendía ten nada, sin argumentos profundos
ni existenciales, era simplemente lo que era y en su simplicidad y humildad
residió su éxito.
Prometheus intenta
ser un ejercicio de grandes pretensiones donde al final no puedes dejar de
tener la sensación de que medio cuerpo se te ha quedado por encima del agua con
detalles cómicos que restan mucho al teórico dramatismo conseguido. Por favor
poneros una vez más los últimos minutos de Ripley
en la malograda Nostromo mientras el
Alien no deja de acecharla sin hacer
acto de presencia. Como en el sexo la insinuación del erotismo, aquello que no
se ve pero se intuye es mucho mejor que lo explicito, banal y meramente
superficial. Hablando de sexo y erotismo, comentar que la intención inicial de Giger al crear al Alien original era que fuese un ser erótico y de alto contenido
sexual, de ahí esa especie de lengua fálica que le surge de la boca o las
formas curvilíneas y suaves de semejante engendro del averno, adorable.
Muchas gracias señor Scott
por acordarse de uno de sus hijos predilectos pero si al igual que con Alien su también anunciado regreso a Blade Runner va a mantener semejante
factura es mejor que deje lo hecho como esta y se dedique a realizar
incursiones en otros géneros, mundos o nuevas mitologías. Si malo es que otros
deformen o maltraten tus creaciones peor es que lo haga uno mismo sin más ánimo
que el lucro o la diversión. Por cierto si en algo se caracterizo Alien fue en no rozar, ni tan siquiera
acercarse al ridículo en todo su metraje, lo digo por el ataque al “ingeniero”
de la sepia gigante del final, en fin, no voy a alargar más la agonía ni a
desvelar más detalles. Vosotr@s mism@s chic@s, salvese quien pueda.
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