Casi seis
años han tenido que pasar para que los pre-jubilados Judas Priest nos presentasen un nuevo disco de estudio, y muchas
cosas han pasado en ese transcurso de tiempo. Uno de los hechos más destacados
ha sido la marcha del guitarra K.K.Downing
debido a diferencias con sus compañeros de banda. El grupo encontró como
sustituto a Richie Faulkner,
guitarra de la banda de Lauren Harris.
Los Judas se pusieron manos a la obra y este pasado verano ya teníamos ante nosotros su
nueva obra llamada Redeemer of Souls. Para un servidor,
su anterior disco Nostradamus, fue bastante
decepcionante. Demasiado arriesgado para lo que yo creo que debería de ser un álbum
de los Judas Priest. Y con la ilusión
de que este Redeemer of Souls me quitase
el mal sabor de boca de su predecesor no tarde ni un segundo en hacerme con él
en cuanto estuvo a la venta.
Después de
unas cuantas primeras escuchas me di cuenta de que la producción de este disco
es menos épico que su anterior obra, tiene más la mirada puesta al sonido que
tenía la banda a principios de los 80 pero llevándolo a un sonido actual, y
donde también comprendí que las canciones están moldeadas al estado actual de
la voz de Halford que ya no es la de
Painkiller. Un buen ejemplo de lo
que acabo de comentar es el primer corte Dragonaut,
un buen corte de estilo ochentero que a pesar de tener un comienzo rabioso me
fue aburriendo por su extensa monotonía. Redeemer
of Souls es un corte clásico que por momentos me recuerdan aun Hell Patrol pero con menos potencia,
sobre todo por la sensación de falta de fuerza en la voz de el “Metalgod”. Un buen
tema pero con falta de más garra por así decirlo. Algo parecido puedo decir de
la siguiente canción Halls of Valhalla,
que aun siendo un buen tema, es demasiado predecible y con falta de potencial.
La clara
influencia a los primeros trabajos de la banda se refleja claramente en cortes
como Sword of Damocles, un muy buen
tema donde destacan por encima de todo las excelentes melodías vocales de Halford. Uno de los temas de este álbum que
me gusto a la primera escucha fue este March
of Damned, con unos riff vacilones a cargo del maestro Tipton y de su discípulo Faulkner
guiando aun Halford mucho más
contundente, que ojala lleven al directo en su próxima gira porque bien
ejecutado sería un tema perfecto para ello. Down In Flames y Hell &
Back tienen esa esencia Judas que
tanto nos gusta a los fans de esta banda, pero aun así les falta algo de fuerza
sin que ello les quite calidad. Los pasajes siniestros de Cold Blooded dan la nota original del álbum, donde la banda ha
querido experimentar con unos tempos más atmosféricos por decirlo de algún modo
que a mí sin duda me convencieron.
Metalizer es quizás uno de los temas más
cañeros del álbum pero para mí poco destacable, con buenos momentos pero en líneas
generales, aburrido. Con cierto toque a sus admirados Black Sabbath comienza este Crossfire.
Este será uno de los temas más bluseros que la banda haya compuesto en toda su
carrera si no recuerdo mal. El sonido de unas campanas da comienzo a una hilera
de riff entre cortantes que lamentablemente son acompañados por un Halford en poco estado de gracia o totalmente
desganado. Lástima, ya que Secrets of
the Dead podía haber sido un gran corte. Battle Cry que al principio parece que va a ser un gran tema se
convierte en un tema extremadamente aburrido. Sinceramente Beginning of The End para mí no tiene otro calificativo que no sea canción
de “relleno”.
Los temas
adicionales de su edición especial no aportan nada nuevo que se pueda destacar.
En resumidas cuentas, este Redeemer of
Souls no es ni mucho menos de lo mejor que la banda ha editado en estas últimas
décadas, no con esto quiero decir que sea un mal disco, que no lo es, pero no
sé si cumplirá las expectativas que hay con una banda tan legendaria como esta.
Para mí, con ser mejor que Nostradamus ya
las ha cubierto con creces, pero eso es pedir muy poco.
Vikingsatan666
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