La banda suiza Samael ya dio pistas de que su música iba a seguir caminos diferentes del Black más tradicional con su primer trabajo 'Whorship Him', algo que se ractificó con su segunda obra 'Blood Ritual' de 1992, en el que la banda adapto su estilo al Doom Metal. Y muy lejos de acomodarse en ese momento, la banda continuó por la senda del cambio con el disco protagonista de hoy, 'Ceremony of Opposites', disco publicado en 1994, el cual marco el cambio definitivo que la banda ya iba a completar del todo con su siguiente obra, 'Passage', pero esa és otra historia...
Con este disco, 'Ceremony of Opposites', que cumplió esta semana 30 años de vida, Samael dio un giro definitivo a su propuesta musical. Y es que aunque el Black Metal esta inarterable en este disco gracias sobre todo por la voz de Vorphalack, ya se iban dejando claras pistas sobre el nuevo sonido que la banda queria mostrar en sus nuevas composiciones, siendo la música Industrial la que marcaria el camino que la banda helvética aposto para sus siguientes trabajos discográficos.
Los helvéticos integraron un nuevo miembro en su formación, Rodolphe H, músico que con sus samplers, teclados y otras cosas extrañas para la época y para el estilo, le dio un aire nuevo a cada uno de los diez temas que componen este disco. Esos elementos de la música más industrial entran en cada uno de los temas en el momento adecuado, y de una forma tenebrosamente impactante...
El batería Xytras retumba como el mismo infierno en el tema "Black Trip", donde el Black sigue estando hay, pero donde tambien escucharemos un cambio en el sonido de cada uno de los temas, dejando manga ancha a la entrada de teclados y sampler. Esta fue la primera muestra clara de que la música blasfema y el industrial podian encajar perfectamente. Más simples pero igual de combinados por el Black y el Industrial llegan "Celebration of the Fourth" y "Son of Earth", dos canciones para los seguidores del extremo más tradicionales a los que no le gustan los cambios bruscos.
La voz y guitarra de Vorphalack destaca sobre todo en el tema "Till We Meet Again", dondole ese caracter más Metal extremo a una canción puramente Industrial. Llega el turno de uno de los temazos de este disco en mi opinión, este es "Mask of the Red Death", un tema que ya mostraba claramente por donde iba a tirar la banda en un futuro musicalmente. Gran canción donde los riff y la voz de Vorphalack son el punto principal del tema junto a los teclados de Rodolphe. Y llega el gran hit del disco, "Baphomet´s Throne", con un sonido pesado y denso de guitarras, acompañado por una base rítmica devastadora compuesta por el bajista Masmisein y el batería Xytras, muestran a un grupo compacto y sin miedo a experimental, sin dejar a un lado lo extremo.
Otro tremendo cañonazo sonoro, "Flagellation", este corte es una buena ostia en toda la boca. Empezando por un comienzo comandado por unos siniestros teclados, que en transcurrir del tema van asomando de una manera magistral. Su puta medre, como me marcarón los teclados de este tema en mi juventud. Un tema para escucharlo en la más absolucta oscuridad y silencio (como todo el disco vamos...). Sin duda la oscuridad en el sonido que la banda iba buscando lo han logrado con crezes con este trabajo, si no, escuchar la parte final del tema "Crown".
Aunque es verdad que Samael nunca ha sido una banda de Black Metal tradicional, posee ciertos aspectos de este género que son bien recibidos por los seguidores de este. Es en el tema "To Our Martyrs" donde se acerca mucho a ese estilo. Finaliza este disco con el tema que le da nombre, una canción de cierto toque Doom/Industrial.
La producción de este 'Ceremony of Opposites' no es para tirar cohetes, pero hace muy correctamente su trabajo dando su justo protagonismo a cada uno de los instrumentos y la voz. Los sonidos industriales dados en este disco, le dan las atmósferas sinistras justas para hacer de este un disco redondo. Quizás sin saberlo, Samael hicieron un trabajo de esos que se clasifican de culto. 30 años de uno de los mejores discos del Metal extremo de los años 90. Como he comentado antes, este disco se escucha mejor a solas, a oscuras y en silencio, y si tienes una cerveza o cubata y le añades "humo sagrado", mucho mejor...
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