Una gran sorpresa para mis oídos este puto año ha sido escuchar el disco de la banda norteamericana Tallah, un disco que me a volado el tarro desde que le di al pray. La jugosa mezcla que la banda hace, donde hay un poco de Metal Core, otro poco de Nu Metal y mucho más, es una apetitosa tentación para oídos inquietos. Tallah esta formado por el bajista Andrew Cooper, el guitarrista Derrick Schneider, la hiper voz de Justin Bonitz y por último el batería Max Portnoy, siii¡¡¡ el hijo del que fuera baquetero de los Dream Theater. No tengáis duda de que este último músico no le tiene que envidiar mucho a su famoso padre ya que Max es una puta bestia con los parches....
Son la locura aporreando la batería de Portnoy junior y la muy sorpresiva y correcta voz de Justin, lo que pone en evidencia de quien lleva los pantalones en esta banda y el primer tema “No One Should” ya no lo advierte. “Kungan” es la hostia de buena, es una artillería de berridos junto a samplers noventeros. La banda se siente muy a gusto con los ruidos más extremos como en “Cottonmouth” o “ Too Quick to Grieve”. Echan mano del Nu Metal más autentico en el tema “Placenta”. Pero unos feroces ritmos de pedal nos devuelven al sentido más bruto de estos boys, “Murder Seed”, rabia y muy mala hostia. Todas las canciones que el comentado muy brevemente son para mi lo mejorcito de este Cd sin desmerecer los temas no comentados.
Tallah han conseguido en mi jodida opinión grabar un primer disco no muy original que digamos pero si muy fresco y accesible para los tímpanos con gustos sin fronteras. El titulo de este disco me ha dejado bastante KO, aunque quizás tenga que ver con el método con el cual quieren llegar lejos en la música....
Dj Dog
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