Un meteorito se estrella cerca de la granja de la familia Gardner. Este objecto cósmico libera un organismo extraterrestre que convierte la tranquilidad de esta familia en una pesadilla colorista y alucinógena. La adaptación de uno de los relatos más conocidos de Lovecraft llega a los cines de la mano de Richard Stanley y Nicolas Cage.
Antes de ver esta película ya tenia la sensación de que si la historia estaba adaptada en esta época actual sería algo fallido, efectivamente, no me equivoque. Este relato fue escrito en 1927 y la historia narrada sucede varios años antes. Por ello ha sido y debe ser difícil adaptar la trama en un mundo actual invadido por la tegnologia, cuando en la original primaba el aislamiento, la soledad y los pensamientos de otra época. En realidad, solo hay dos cosas en común con el relato de Lovercraft; el apellido de la familia y el meteorito causante de todas las desgracias.
Lamentablemente, a pesar de las referencias Lovercraftianas no no tiene un claro sentido esta historia. El director de esta película, Richard Stanley, no consigue quitarse traumas del pasado a pesar de ser aplaudido por una minoría de fans del cine fantástico. Eso sí, los efectos de maquillaje superán con creces los efectos visuales. Duele a la vista la mediocridad de muchas imágenes de este film, ya que los catalogara de Serie Z, y como mucho.
La película solo gana algo de intensidad cuando la locura entra en la casa de la familia protagonista, donde el terror ochentero sale a relucir. Este es el momento donde Cage estalla con un sinfín de gestos descalificables. Esto es lo que hace que el interés de la trama suba en valor. No es ni mucho menos la mejor interpretación de Cage, pero solo por el merece la pena ver este film.
A pesar de un correcto Nicolas Cage, el guión es bastante pobre y no llega a lo que pretendía ser. Todo en esta película no parece llegar a ningún sitio, terminando siendo demasiado mediocre.
Samuel Romero Morales.
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