Qué negro fue nuestro Sabbath, es una biografía no autorizada de
los Black Sabbath, un libro escrito
por Graham Wrigth y David Tangye, que fueron asistentes personales e íntimos de
Ozzy Osbourne y Bill Ward, en la época más dorada de la banda. Yo creo que
convivir con los componentes de Sabbath
en aquellos años 70´s te puede dar para escribir 23 libros como mínimo. Durante
las 320 páginas de este libro David y Graham nos desvelan los momentos más íntimos
de los componentes de la banda, aunque yo creo que estos dos señores se están guardando
bastantes cosas, quizás para otro libro?...
El pertenecer
al entorno más íntimo de la banda les permitió conocer de primera mano cómo era
el día a día de los Sabbath. Por eso
este libro se puede considerar un lujo para los muy fans de la banda como es mi
caso. Anécdotas típicas del cabronazo de Ozzy y compañía desde un punto de
vista muy diferente de las que nos encontramos en biografías ya publicadas,
donde leemos la historia de la banda desde el punto de vista de los propios músicos.
También es un placer leer los detalles de las grabaciones de los discos míticos
de Sabbath, estamos hablando de la época
donde se consagro lo que hoy llamamos Heavy Metal. El libro también incluye la
última reunión de los miembros originales de la banda (excepto Bill Ward), su
disco “13” y su gira mundial en la cual
volvia a participar Graham.
Digamos que
este libro se diferencia de otras biografías de la banda sobre todo por lo
comentado antes, un punto de vista fuera de la opinión de otros músicos, los
propios, productores, manager… y demás personajes del mundo de la música. Aunque
como no puede ser de otro manera, no se puede dejar de lado los egos,
paranoias, soberbia… que reino en los primeros tiempos de la banda.
Es genial
leer como a pesar de la fama estos cuatro músicos eran lo contrario de una
estrella de rock, campechanos aunque con un cierto nivel de locura extrema. Da
gusto saber cómo era el bueno con mayúsculas de Bill Ward, un tipo amigable que
solía llevar las finanzas del grupo, un trabajo no recomendado para borrachos. También
saber que era un hombre de campo que le tenía pánico a los aviones, hacia las
giras en furgoneta. Ward era el primer objetivó de las bromas (o putadas) de
Ozzy, bromas, que Ward aguanto con fina tolerancia, otro le revienta la cabeza
a Ozzy…
Vemos también
que el miembro más místico de la banda era sin duda el bajista Gezzer, un
seguidor de misticismo y las películas clásicas de terror, sin olvidar su
fanatismo absoluto por el equipo de futbol del Aston Villa. Este libro nos
confirma quien era el “ master” del grupo, Tommy Iommi, un tipo obsesionado por
la música que hacían pasando horas y horas el solo en el estudio. Quien más ha
luchado por la continuidad de la banda, de echo el único que ha continuado en
ella desde su creación.
Que se puede
contar de Ozzy que no se haya contado ya. Lo mejor es la parte en la que el
vocalista empieza a tener dudas sobre su continuidad de la banda, sobre todo
cuando te enteras que el vocalista quería seguir con el estilo blues rock potente
y cañero, y dejarse de experimental como querían hacer otros miembros del
grupo.
J.Arcos.
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