“El retorno del rey”
De enhorabuena
estamos los fans de la saga X-Men
con el retorno de Bryan Singer al
lugar que jamás debió abandonar, más si tenemos en cuenta su mal intento por
resucitar al Superman (no nos vamos
a ensañar y con mal intento hay suficiente) y aunque el trabajo de Matthew Vaughn (Kiss Ass) en X-men: Primera generación fue más que
correcto se le notó cierto exceso dulzón en el tramo final y a mí personalmente
la musiquita me canso bastante con tanto “tiruti tiruti”. Por lo tanto, bien
por el rey.
Bryan Singer fue el director de X-Men y X2 (seguramente todavía el mejor episodio de la saga, graaaaaaaaande). En estas dos películas demostró ser capaz de tomar buenas decisiones estéticas y argumentales (algunas no, por favor ¿Dónde está ese pedazo de pivón que es Picara?). Tras X2 abandonó a sus retoños y pudimos degustar un X-Men 3:The Last Stand que sin ser mala pecaba de falta de intensidad y cierta coherencia, aunque contenía algunas escenas realmente buenas e impactantes. Parecía que los mutantes de Marvel iban a tener un merecido descanso no muy largo, comprensible si tenemos en cuenta la excelente rentabilidad de la franquicia. Año 2011 aparece un nuevo reinicio, un X-Men: Primera Generación que nos lleva al pasado primigenio del grupo, al inicio del inicio, a la primera pantalla del juego con un Charles Xavier veinteañero caminando por sus propios medios junto a Raven (mística en apañó), una muy muy buena amiga y un Magneto con ganas de fiesta a costa de los humanos, como siempre. Nuevos actores, nuevas situaciones, un buen reinició aunque repito algo dulzón al final, pese a todo buena. La nueva entrega propone continuar la historia aunque no en el punto concreto en el que acabo Primera Generación si no pasados unos años y algunos hechos. El planteamiento de Singer es coger la conocidísima saga Días del futuro pasado ejecutada en papel magistralmente por Chris (papá) Claremont y Jhon (os voy a rayar un rato) Byrne. De estas dos mentes prodigiosas surgieron grandes sagas durante los 80 de las que siguen bebiendo las historias en comic de los actuales X-Men (si no echarle un ojo a la interesante All New X-Men de Bendis). Un claro ejemplo es la saga de Fenix Oscuro entre muchas otras. La premisa de Días… es plantear la existencia de diferentes planos espacio-temporales, algo tipo Terminator. En uno de estos planos espacio-tiempo los X-men (del futuro) están a punto de ser aniquilados por un ejército de poderosos y brutalmente destructivos centinelas (esos robots gigantes cazadores de mutantes en manos del gobierno americano). La desesperación es tal que deciden enviar a Lobezno (como no, el más guay y paradigmático de los mutantes buenos con un par de películas en solitario bastantes patéticas) al pasado en forma de conciencia activa que entrara en el cuerpo de un Lobezno en otro espacio-tiempo en el cual todavía no se ha llevado a cabo la aprobación del proyecto Centinela. Como no, si conseguimos que Skynet no exista podremos salvar nuestro presente que será su futuro, ta-ta-ta-ta-taaaaaaaaaaaaaaa. Ok, el planteamiento no parece demasiado original pero tengamos en cuenta que el comic en el que se basa la película es anterior al cyborg de Cameron. Nos encontramos ante algo más de dos horas de película con un final abierto a algo que ya han titulado X-Men: Apocalipsis para el año 2016.
R.Alfaro.
Bryan Singer fue el director de X-Men y X2 (seguramente todavía el mejor episodio de la saga, graaaaaaaaande). En estas dos películas demostró ser capaz de tomar buenas decisiones estéticas y argumentales (algunas no, por favor ¿Dónde está ese pedazo de pivón que es Picara?). Tras X2 abandonó a sus retoños y pudimos degustar un X-Men 3:The Last Stand que sin ser mala pecaba de falta de intensidad y cierta coherencia, aunque contenía algunas escenas realmente buenas e impactantes. Parecía que los mutantes de Marvel iban a tener un merecido descanso no muy largo, comprensible si tenemos en cuenta la excelente rentabilidad de la franquicia. Año 2011 aparece un nuevo reinicio, un X-Men: Primera Generación que nos lleva al pasado primigenio del grupo, al inicio del inicio, a la primera pantalla del juego con un Charles Xavier veinteañero caminando por sus propios medios junto a Raven (mística en apañó), una muy muy buena amiga y un Magneto con ganas de fiesta a costa de los humanos, como siempre. Nuevos actores, nuevas situaciones, un buen reinició aunque repito algo dulzón al final, pese a todo buena. La nueva entrega propone continuar la historia aunque no en el punto concreto en el que acabo Primera Generación si no pasados unos años y algunos hechos. El planteamiento de Singer es coger la conocidísima saga Días del futuro pasado ejecutada en papel magistralmente por Chris (papá) Claremont y Jhon (os voy a rayar un rato) Byrne. De estas dos mentes prodigiosas surgieron grandes sagas durante los 80 de las que siguen bebiendo las historias en comic de los actuales X-Men (si no echarle un ojo a la interesante All New X-Men de Bendis). Un claro ejemplo es la saga de Fenix Oscuro entre muchas otras. La premisa de Días… es plantear la existencia de diferentes planos espacio-temporales, algo tipo Terminator. En uno de estos planos espacio-tiempo los X-men (del futuro) están a punto de ser aniquilados por un ejército de poderosos y brutalmente destructivos centinelas (esos robots gigantes cazadores de mutantes en manos del gobierno americano). La desesperación es tal que deciden enviar a Lobezno (como no, el más guay y paradigmático de los mutantes buenos con un par de películas en solitario bastantes patéticas) al pasado en forma de conciencia activa que entrara en el cuerpo de un Lobezno en otro espacio-tiempo en el cual todavía no se ha llevado a cabo la aprobación del proyecto Centinela. Como no, si conseguimos que Skynet no exista podremos salvar nuestro presente que será su futuro, ta-ta-ta-ta-taaaaaaaaaaaaaaa. Ok, el planteamiento no parece demasiado original pero tengamos en cuenta que el comic en el que se basa la película es anterior al cyborg de Cameron. Nos encontramos ante algo más de dos horas de película con un final abierto a algo que ya han titulado X-Men: Apocalipsis para el año 2016.
La historia es
realmente interesante pero su paso al mundo del celuloide tiene sus cosas
buenas y sus cosas malas. Vamos primero con lo malo que es lo que mola,
criticar mola mucho, es un deporte nacional y crea cierta adicción. Dos horas y
algo es poco, muy poco para algo tan complejo, el futuro sale muy poco y muy
oscuro (algo normal en la época en la que los efectos especiales eran limitados
pero no en la actualidad). Lo narrado en X-Men:
Días… da para una trilogía entera y se nota que todo se va embarullando
porque no hay espacio para tantas cosas. Este embarullamiento no beneficia al
conjunto, una lástima. Por otro lado el protagonismo de Lobezno es excesivo, sé que es el buque insignia de la franquicia
pero… joder hay personajes igual o más interesantes que Logan, y que conste que Hugh
Jackman es un buen actor con muchos más registros que los que utiliza en X-Men´s. Aparecen nuevos personajes (el
más destacado Bishop junto a un ejército
de colegas mutantes sin nombre) pero claro no hay tiempo para todos, joder si todavía
no hemos escuchado a hablar a Coloso
(tiene menos dialogo que Ivan Dragho en
Rocky 4). Es cierto que el factor
sorpresa se mantiene con el intento de realizar unas películas con alto
contenido argumental y esta lo consigue. Te engancha, quedas envuelto en un
universo que aunque increíble en primer término mantiene una coherencia global lógica.
Pese a ese embarullamiento de conjunto estamos ante uno de los mejores capítulos
de la serie, para mi X2 es superior,
trabaja menos los tiempos, los personajes se reparten el peso del guion
equitativamente, vamos que casi, casi perfecta. Algo bueno en este viaje al
pasado de la historia es que gran parte de las escenas se sitúan en unos años
60 realmente interesantes en EEUU, un país en guerra en Vietnam en momentos
convulsos tanto fuera como dentro de sus fronteras y con frentes abiertos ante
una Unión Sovietica realmente fuerte y potencialmente peligrosa. Vamos que solo
le faltaba tener a personas con superpoderes moviéndose libremente por todo el país.
Uno de los personajes realmente curioso e interesante es el Dr. Bolivar Trask que es el encargado
de hacer saltar la alarma mutante frente a la comisión de asuntos internos del
gobierno americano. Este personaje es artífice del plan centinela, el
responsable de la futura posible desaparición de todos los mutantes del
planeta. Trask junto un jovencísimo Mayor Bill Striker forman el frente
extremista anti-mutante, el cual mantiene una relación de admiración/miedo ante
lo que consideran es la evolución del homo-sapiens-sapiens, vamos de nosotros
mismos. El elenco de personajes y actores es interminable, formados por casi
todos los que han ido apareciendo en todas las películas y más y más y más… La mitología
mutante de Marvel es tan extensa y
esta tan cargada de buenos contenidos que se podrían hacer 100 películas y habría
para más, lastima de las limitaciones del medio cinematográfico en este
sentido, en el cual poco se arriesgan y mucho se paga a actores, directores bla
bla bla…
A nivel técnico
todo esta ejecutado con verdadera maestría, los efectos especiales están muy presentes,
imprescindibles en este tipo de historias pero nunca llevan la batuta. En este
sentido Synger es un director de la
antigua escuela, respeta mucho a sus personajes y siempre tiene un hueco para
bromas e ironías que conviven en perfecta armonía con las escenas más tensas. De
entre todas las escenas la del campo de beisbol y la Casablanca es, en dos
palabras, IM-PRESIONANTE. Magneto es
el puto amo y no se corta un pelo en demostrarlo. Personalmente creo que el
final aun siendo correcto y coherente vuelve a sufrir de exceso de sacarina… le
falta fuerza y punch, se queda a medio gas y para los fans de toda la vida
puede parecer flojo. Si se supone que el siguiente capítulo de la saga se llama
Apocalipsis
pues no os cortéis, reventarlo todo, a ver en el futuro posible (ese en que
todo vale porque ya reviviremos a los muertos en el presente real) reciben por
todos lados, vamos que hasta da pena, presentándose como un réquiem final no
acto para sentimentales, pero claro como al minuto siguiente todo parece seguir
igual…
Que no cunda
el pánico, todo el mundo puede estar tranquilo, X-Men siguen manteniendo una salud de roble y parece que va a
seguir manteniéndola. Sin ser la mejor de todas ser el segundo no está nada
mal, más si tenemos en cuenta que vamos por la 5 (si alguien tiene valor que
coja Fast&Furious y que me diga algo… yo paso, es que ni la uno). Aun faltando
atención en algunos detalles (y Singer lo
sabe, no es tonto) es una buena película y posiblemente uno de los blockbusters
del año. Permite seguir respirando tranquilos a todos los fans y parece que nos
deparará nuevas y buenas alegrías.
R.Alfaro.
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