Aún hay esperanza !!!!
Después de
haber tenido el privilegio de ver Distrito
9 y Elysium queda claro que Neil Blomkamp no es un director usual. Neil Blomkamp es un creativo especial,
con una visión muy personal y sobretodo una habilidad increíble para narrar
historias interesantes y espectaculares. En este sentido me recuerda bastante a
la primera época de James Cameron,
el de Terminator 1 y 2, Alien
(El regreso), Abyss o incluso Mentiras Arriesgadas, el cual pregonaba
que una buena historia también puede ser espectacular a la par que entretenida,
vamos que huyendo de la pirotecnia barata y burda de Michael Bay, los efectos especiales no deben ser un fin en sí mismo
sino un medio para mejorar el conjunto.
La ambientación es tremendamente detallista, las naves y los transbordadores pateras vuelan de aquí para allí con gran naturalidad y realismo y esto es algo que Blomkamp hace de maravilla, hacer creíble lo que todavía no existe, sus fantasías factibles. Todo esto en manos de otro podría ser ridículo pero Blomkamp lo hace veraz y lo más importante, elegante. Elysium me ha transmitido sensaciones muy buenas, recordándome a la primera vez que vi Desafío Total y Robocop ambas de Paul Verhoeven o la carioca Ciudad de Dios, y es que aunque todas las referencias pueden parecer alejadas entre sí, si se echa una mirada paciente y afectiva se pueden encontrar muchísimas similitudes entre ellas, siempre de alta calidad.
R.Alfaro.
Blomkamp aúna lo mejor de Cameron, pero también de Spielberg,
no tiene la profundidad de Nolan pero
tampoco la necesita. Se nota que ha crecido mamando de todos estos genios del
cine pero no se ha conformado con ser un simple imitador si no que ha
incorporado cualidades personales para conformar un todo completo. Si Distrito 9 fue su estreno en el mundo
de los largometrajes (ya había hecho sus pinitos con diversos e interesantes
cortos siempre dentro del mundo de la sci-fi) Elysium es la consolidación de un estilo. Tanto en una como en otra
Blomkamp se sitúa en unos futuros
posibles y con el concepto de la desigualdad social como base de partida de sus
historias. Si Distrito 9 planteaba
la interesantísima premisa de la creación de un ghetto de extraterrestre recién
llegados en busca de ayuda y de toda una serie de problemas de convivencia
llevados al extremo en Elysium el
ghetto está situado en el espacio exterior de la tierra en forma de nave
espacial en la cual los refugiados son las personas más ricas del planeta
(2159) que por miedo a perder un estilo de vida lleno de lujos y comodidades en
un planeta superpoblado y altamente contaminado, vamos una puta mierda de planeta
donde pocos tienen mucho y muchos tienen poco ¿os suena de algo?, la dualidad
de ambientes entre las escenas terrestres, llenas de suciedad, agresividad,
brutalidad (Tomad nota productores del nuevo Robocop) y la nave Elysium con
su limpieza, suntuosidad y perfeccionamiento artificial es uno de los platos
fuertes de la película.
La ambientación es tremendamente detallista, las naves y los transbordadores pateras vuelan de aquí para allí con gran naturalidad y realismo y esto es algo que Blomkamp hace de maravilla, hacer creíble lo que todavía no existe, sus fantasías factibles. Todo esto en manos de otro podría ser ridículo pero Blomkamp lo hace veraz y lo más importante, elegante. Elysium me ha transmitido sensaciones muy buenas, recordándome a la primera vez que vi Desafío Total y Robocop ambas de Paul Verhoeven o la carioca Ciudad de Dios, y es que aunque todas las referencias pueden parecer alejadas entre sí, si se echa una mirada paciente y afectiva se pueden encontrar muchísimas similitudes entre ellas, siempre de alta calidad.
La elección de
actores es más que buena; un Matt Damon convincente
en el papel de héroe de tintes clásicos, una Jodie Foster mala, mala, mala exquisitamente interpretada y un elenco
brasileño formado por Alice Braga
(ciudad de dios) y Wagner Moura
(tropa de elite) los cuales interpretan personajes secundarios de manera
magistral. La historia no deja de ser una de buenos contra malos y los malos
son muy malos, toda una tropa de mercenarios que matan por placer, que cazan
por diversión y por dinero claro. Todo tiene un equilibrio querido y preciso,
incluso el final donde el héroe es enaltecido hasta lo más alto, asumiendo su
destino de manera calmada, paciente y orgullosa, como debe ser.
Elysium ha sido un pequeño gran regalo, una película
que hace que vuelva la esperanza de las cosas que todavía se pueden hacer bien,
en un momento en el que lo FX y los ordenadores permiten hacer casi cualquier
cosa pero en el que le falta originalidad y las pocas ganas de innovar sin
perder la ausencia de un buen argumento hace que los sub-productos que algunos
se atreven a llamar cine infectan las cada vez más banales y superficiales
salas de cine. Por suerte aún hay esperanza.
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