Si hay un grupo musical que de un tiempo a esta parte se ha especializado en meterse en todos los charcos posibles, poniendo de los nervios a sus fans, esos son sin duda Ulrich y compañía.
Los sufridos fans de los San Francisco, desde el minuto uno del anuncio de la colaboración de los anteriormente conocidos como pioneros del Thrash y el peculiar vocalista neoyorquino, empezaron a ir preparando los cuchillos dispuestos a despellejar a sus “ídolos”. Esos cuchillos que algunos se compraron en la época de “Load” (alguno incluso desde el negro) y que solo guardaron tras la edición del turbio “Death Magnetic” (cuatro canciones medio en condiciones, algún que otro riff recuperando el “viejo espíritu” y tan contentos todos…).
A priori, pese a desconocer el bagaje musical de Lou Reed, aún se le podía dar el beneficio de la duda al proyecto, pese a que tanto Reed como Metallica andan ya muy lejos de ser relevantes musicalmente en la escena actual.
Tras coincidir en el 25 Aniversario del Rock and Roll Hall of Fame, donde tocaron versiones de la Velvet Underground, Reed les sugirió a los cabezas de cartel del Big Four lo interesante que seria grabar algo juntos. Aprovechando material que el bueno de Lou tenia preparado para un teatro vanguardista alemán e inspirado en dos obras teatrales de Frank Wedekind, “”El Espiritu de la Tierra” y “La Caja de Pandora” (caja que parece han vuelto a abrir los antiguos compañeros de Mustaine, solo hay que ver la de palos que les están dando).
Al principio daba la impresión de que Metallica iba a representar el papel de simple banda de acompañamiento, sin implicarse en la composición del álbum. Bueno, a eso parece que se agarraban tanto el grupo como sus “die-hard” fans, en un intento de salvar el honor de su grupo preferido, previniendo cualquier desastre que se pudiera perpetrar en el estudio de grabación. Reed les envió las letras y alguna que otra idea musical a Hetfield y compañía para que estos desarrollaran la banda sonora al guión escrito por él. No veo yo al vocalista neoyorquino componiendo un tema como “Mistress Dread”. Así que ya sea o por otros no es que precisamente el aspecto musical de “Lulu”, excepto en ocasiones puntuales, sea precisamente para echar cohetes.
Tras escucharlo mas veces de lo que mas de uno habrá sido capaz de soportar pasamos a analizar un poco este disco que se puede comprar metido en un cilindro y que no dudo que, precisamente esa edición, va a criar polvo durante un buen tiempo en las estanterías donde este guardada.
Tras el comienzo con “Brandenburg Gate”, a modo de intro, comienza el shock. Esa voz, uno puede pensar que esta escuchando un “talk-album” porque realmente uno no llega a acertar si Lou, canta, recita, simplemente habla, esta borracho o según muchos, esta de cachondeo. Tras dos escuchas del cd entero, en las que no podía parar de reír en algunos momentos clave, por así decirlo, al final uno se acostumbra a la “revolucionaria” forma de cantar para el oyente no entrenado que tiene Reed.
El segundo tema “The View”, es sin duda de lo mas salvable de “Lulu”, con ese aura a lo Black Sabbath, y con la parte cantada por Hetfield, donde meten un riff bastante decente, dejando claro por que fue el adelanto que ofrecieron de la grabación. Parece que antes de grabar “Pumping Blood”, Reed venia de meterse una buena dosis de copas de cualquier taberna de mala muerte, solo hay que escucharle cuando repite el titulo de la canción una y otra vez. “Mistress Dread”, remata la faena y pone a prueba la paciencia de cualquier oyente. Mientras Metallica interpreta una base en plan Thrash de segunda división, Lulu… esto Lou parece que de las copas a pasado a zamparse las botellas enteras. Increíble la mezcla de guitarras aceleradas y borracho contando las penas a una aburrida camarera que quiere cerrar el bar de una vez. Algunos lo llaman arte. “Iced Honey” mejora un poco la cosa ya que musicalmente se adapta mas a lo que puede ofrecer Reed. En la extensa “Cheat On Me” parece que hasta a Jimmy Hetfield se le ha pegado algo de la forma de cantar de Reed, en lo malo, en un tema bastante aburrido.
¡¡Pero lo peor es que queda un segundo cd!! ¿Mejorara la cosa? El primer tema “Frustation”, (sin duda lo que mas de uno habrá sentido escuchando “Lulu”) esta dominado por un interesante riff de nuevo influenciado fuertemente por Sabbath, del cual meten una variación del mismo mas acelerado que les queda realmente bien, pero de nuevo, el trabajo de Reed le resta interés a la escucha, mas allá de mostrar cierta incredulidad. Mira por donde, en la acústica “Little Dog” música y voz consiguen cierta simbiosis, pero en un tema bastante aburridote. “Dragon”, obviando el comienzo con Lou “cantando” eso de “halllucination, hallucination….” como si no pareciera alucinante escuchar esto del tirón, Metallica vuelven a meter un riff, buen riff, que se repite casi durante diez minutos, haciendo loque podría ser uno de los mejores temas algo al final cansino. Minimalismo al poder. A la última canción, “Junior Dad”, de veinte minutos a los que ya de por si le sobran diez totalmente innecesarios y que si tan solo tuviera cinco de duración también ganaría enteros.
En resumen, ¿que se puede decir? Pues habrá sin duda a quien le guste “Lulu”, pero la sensación general no puede ser más negativa. Ni creo que haya gustado a los fans de Reed (a lo mejor si, quien sabe), y esta claro que los fans de Metallica no van a tener este disco a la altura de un “Master Of Puppets”, (aunque a la de un “St Anger”….) Mirandolo de forma benevolente, es cierto que algunos momentos interesantes tiene, pero desde luego la música de los de San Francisco y el neoyorquino pega lo mismo que mezclar el chorizo con la nata. Bueno, como dice Millán de Martes y Trece....
Links; http://www.loureedmetallica.com/ Fernando Arcos
este disko no vale ni para jugar al tiro al plato,la cuestion es que la idea,no es mala,pero los resultados en lo musical malo o muy malo.
ResponderEliminarbuena idea,mal resultado.....lo siento no te salio bien la jugada amigo lars